Desde el Martes a la mañana hay algo que no borro de mi.
Disfruto nuevamente de mis duchas convencionales, de no desayunar surtido Bagley, de dormir sobre un colchón.
De a poco me acostumbro a los horarios de las responsabilidades, lentamente vuelvo a la rutina.
Pero hay algo que sigue y que por más veces que lave la ropa no se quita. Es lo que me mantiene al margen, lo que no permite que me hunda en la vida de ciudad.
Me sigue pareciendo inexplicable que tan solo cuatro días alcancen para revivir aquella magia enterrada con la que luego miro a mi alrededor. Miro y entiendo, miro y aprendo, miro y crezco, miro y amo.
Esa maravilla que me da vida y fuerza y que saca lo mejor de mi y que bien podría ser una sonrisa; O muchas sonrisas; o quién sabe, una carcajada.
Acaso es todo junto, acaso la clave está en que sea compartido o acaso no es relevante y a mi dulce incertidumbre la acompañan un seguro "hasta siempre" y un vergonzoso "No te voy a olvidar".
(Escrito en el 2009)
que lindo!!
ResponderBorrarvolver a mitna, prontoo
...un seguro hasta siempre y un vergonzoso no te voy a olvidar..
ResponderBorrarbello bello bello.