Desde la cola para recibir gratis un fernet en la Feria del Libro, alguien repasa los títulos exhibidos en un stand. Por razones desconocidas, uno de ellos atrae particularmente su atención: Orlando, de Virginia Woolf.
Que sea un libro que no le hicieron leer obligatoriamente en la escuela le da ganas de comprarlo: no debió contestar guías sobre el argumento, ni realizar fichas sobre sus personajes, ni retener datos bibliográficos. Es un libro totalmente desconocido para él.
Que sea un libro totalmente desconocido para él le hace dudar de comprarlo: si fuera un libro muy bueno, debería ser conocido; si a la gente le encantara, debería haber figurado alguna vez en las listas de libros más vendidos.
Que no esté en una lista de libros más vendidos puede ser algo positivo, pues alguna vez escuchó que los best sellers no suelen ser muy buenos.Que no sea bueno le hace dudar de comprarlo: hacer el esfuerzo de leer un libro y disfrutar mucho de su lectura para después enterarse de que no es bueno no tiene perdón; aunque haberlo elegido al azar y luego enterarse de que es una de las grandes obras de la literatura no tiene precio.
Que el precio del libro sea tan alto le hace dudar de comprarlo: existiendo la posibilidad de sacarle fotocopias, no tiene sentido pagar tanto por él, si de todos modos después uno lo va a prestar y no se lo van a devolver.
Que no le devuelvan el libro le hace dudar de comprarlo: no quisiera que un amigo dejara de atenderle el teléfono porque le reclama el libro prestado; para eso prefiere no comprar.
Que un amigo ya tenga ese libro en la casa le hace dudar de comprarlo: lo mejor de comprar un libro es mostrar lo que uno compró y despertar admiración en el otro: si el otro ya tiene ese libro, e incluso ya lo ha leído, poco puede admirarse de quien ni siquiera le ha sacado todavía el papel film que lo envuelve.
Que el libro esté envuelto en papel film le hace dudar de comprarlo: no puede abrirlo para fijarse si las letras son chicas o grandes, o si trae la foto de la mujer que lo escribió.
Que el libro esté escrito por una mujer le hace dudar de comprarlo: quizá sea un libro para mujeres, pues está escrito por una mujer; así como los libros escritos por hombres, son... para cualquiera. Que cualquiera puede leer un libro es una utopía: primero hay que saber leer, después tener el dinero para comprarlo, después el tiempo para leerlo.
Que el libro pueda llevarle mucho tiempo de lectura le hace dudar de comprarlo: conviene mucho más mirar una película, pues lleva menos tiempo.Que exista la película basada en ese libro le hace dudar de comprarlo: mejor alquilar la película, que si resulta aburrida siempre se la puede devolver al día siguiente. En cambio, ¿quién puede convivir con la frustración de haber dejado por la mitad un libro?
Alguien abandona su lugar en la mitad de la cola para recibir un fernet gratis en la Feria del Libro, y se acerca a comprar Orlando, de Virginia Woolf.
Que al fin los libros y las personas se encuentren nos hace dejar de dudar de las circunstancias. Que sea en la Feria, en las bibliotecas, en las escuelas, en los puestos de diarios, o donde fuera.
Mex Urtizberea, Malas palabras.
Una vez deje un libro por la mitad porque me daba asco.
ResponderBorrarLos quiero.
Tulio