29 de agosto de 2012

La mariposa

[...] La seguí con la mirada y al contemplar su vuelo pensé lo curioso que era el hecho de no elegir la distancia más corta para desplazarse de un punto a otro.

Este pensamiento me hizo ver el horror que supondría que una mariposa volase recto, ¡cómo un avión! Dejaría de ser una mariposa.


Un vuelo recto respondería a un único deseo de llegar a un punto. (...) En cambio, su vuelo en zig-zag le permite igualmente ir de un sitio a otro, pero sin renunciar al placer de volar.



Javier Ferrandiz Gabriel

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